El lunes, el juez federal N°2, Fernando Luis Poviña, escuchó los argumentos de los aspirantes a ingresar en la carrera de Medicina de la UNT. La audiencia había sido solicitada por ellos, luego de haber interpuesto un recurso de amparo y el requerimiento de una medida cautelar con el objeto de que se suspendan los exámenes de ingreso a la carrera y que se le ordene a la UNT que cumpla con la modificación a Ley de Educación Superior (N° 24.521) que establece el acceso “libre e irrestricto” a las universidades públicas.

Estuvieron presentes Mario Poggio, abogado patrocinante del grupo de ingresantes, Mariano Raed, secretario gremial del Centro de Estudiantes de Medicina, Jonathan Villarroel, aspirante, y Blas Sánchez, militante de la Juventud MST-Nueva Izquierda.

“La audiencia duró unos 15 minutos. Le contamos cuál es la realidad de muchos aspirantes que no tenemos $ 30.000 para prepararnos en institutos privados para rendir el ingreso”, comentó Jonathan. En su caso particular -explicó- intentó rendir en 2013, pero no llegó a completar el cursillo por falta de dinero.

Esto lo llevó a inscribirse en Enfermería (solo le faltan tres materias para recibirse), pero nunca abandonó la ilusión de estudiar Medicina.

Otro caso es el de Laura Corronca, quien se preparó de manera independiente, pero reprobó en dos oportunidades. “Me puse a estudiar Arquitectura porque no quería perder tiempo”, explicó.

Según manifestaron los aspirantes prepararse en un instituto privado ronda los $ 4.000 mensuales. Los cursos comienzan 12 meses antes del ingreso y los dictan - según dijeron- los mismos docentes de la carrera. La facultad de Medicina ofrece un cursillo de cinco meses con un costo mensual de $800, comentaron, que lo dictan profesores de nivel secundario. Tanto Mariano Raed como Blas Sánchez, confirmaron que terminar con el examen de ingreso es cortar el negocio que existe por detrás. “Hoy el impedimento está puesto por el bolsillo, no por la capacidad. Muchos de los que no pueden ingresar tienen una vocación genuina”, coincidieron los jóvenes.

Hoy se vence el plazo que tiene la facultad de Medicina de exponer ante el juez los motivos por los cuales no puede cumplir con el acceso libre e irrestricto. Algunos de sus argumentos ya fueron expuestos por el decano, Ricardo Zelaya y por el vicedecano, José Antonio Remis, en una solicitada publicada en LA GACETA en diciembre.

Entre otras cosas, señalaron: “el ingreso irrestricto lesionará invariablemente, la calidad educativa y por ende las competencias de los profesionales que se gradúan, por lo que una medida de esa naturaleza tendrá efectos perniciosos sobre la salud de la población”. Además, argumentaron la cuestión presupuestaria, ya que se necesitarían fondos para reforzar 1° año.

Si desde la Justicia federal no se resuelve a favor de los aspirantes, entonces la fecha de los exámenes de ingreso a Medicina no se modificará y se harán como están previstos: el 19 y 20 de este mes, y para el 2 y 3 de abril.